viernes, 7 de agosto de 2009

se corre el telón

Siempre tuve miedo de confesar mi mayor pasión. El teatro, el circo. Las miles de expresiones que 'pides prestadas' para hacer reír, llorar, y para sorprender a quienes te ven.
El mundo del teatro se forja gracias a historias, sueños, amores, desilusiones, muertes, y tantas otras cosas tan cotidianas.
Sin embargo, el circo trata de alegrar todo eso, claro que sólo en algunos casos.

Y por sobre todo, crear una habitación en mi mente para cada personaje, es algo que no tiene precio, al menos para mí.
Algunos podrán creer que estoy loca, y tal vez tienen razón, quien sabe?
Sin embargo, yo soy feliz, con mi mente y sus mil habitaciones y sus millones de expresiones. Puede que crean que no me gusta mi vida, y no es así, me encanta. Pero creo que la vida no tiene sentido si no ves el abanico de posibilidades que te ofrece. Mañana podrías morir sin saber lo que se siente actuar como un niño de cinco años. Yo actuo, porque quiero ver el abanico de posibilidades que la vida, la muerte y mi mente me ofrecen. Actuo porque deseo saber como piensa un asesino, un hombre, una monja o incluso un árbol. Y lo hago porque me siento feliz, porque cada personaje que interpreto es una experiencia vivida. Cada Catarsis cuyo guión me conmueve es una situación cotidiana para alguien. Y cada vez que soy alguien que no soy, me enamoro más de mi vida.

Estoy segura de que nadie entiende esto, y es obvio, mi mente funciona como un hotel, ya sabes... Nunca se sabe que huesped está hablándote.

No hay comentarios:

Publicar un comentario