He cometido un maldito delito y luego dejé de lado toda la culpa para sentirme mejor, y la sensación de gozo se apoderó de mí de una forma incluso sádica, sintiéndome complacida con lo que había hecho. A pesar de todo, me creyeron triste, y sí, me dolió un poco ver las reacciones de otras personas no tan involucradas. Les duele, y a mí me duele verlos sufrir. Pero por otro lado está mi 'oponente', quien... No me importa mucho en realidad.
miércoles, 23 de septiembre de 2009
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