miércoles, 2 de septiembre de 2009

Prnice charming

Querido Príncipe Azul:
Veamos, no sé si te diste cuenta, pero mi vida está de cabeza. Nadie me entiende, pocos me escuchan, y la gente más cercana es la que más me daña. Sí, estoy mal, y no sé si te has dado cuenta que últimamente prefiero estar sola para no amargar a los demás. No sé si te has dado cuenta de que ya no como, ya no duermo, y todo es porque me siento mal, pero es de adentro, del corazón ese onservible que tengo. Y no sé, la otra vez pensé que podía haber una solución pero considero que me equivoque, osea, pienso que todas las niñas sueñan con su perfecto príncipe azul y esas cosas cursis que no son necesarias en la vida. Y me dije a mi misma: Hey, tal vez si el imbécil aparece de una vez por todas, UNO del millon de problemas que tengo se solucione.
Sin embargo, no pienso ser como las princesas de los cuentos que esperan durante toda la eternidad a su perfecto caballero que vendrá a rescatarla del llanto eterno. A lo más te espero hasta los 16. Tú eliges. Y no me vnegas con un corsel blanco. Prefiero una camioneta.

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